Contemplan la temperatura del aire, humedad relativa, temperatura radiante y movimiento del aire. La medición de dichas condiciones permite conocer qué tan cálido está el ambiente laboral, lo que posibilita valorar el riesgo de que los trabajadores sufran manifestaciones clínicas por sobrecarga térmica.
Evaluar las condiciones ambientales del entorno de trabajo es una manera sencilla de tomar decisiones relacionadas con la protección de los trabajadores.
Aquella actividad que requiere un esfuerzo físico del colaborador al momento de hacer sus tareas, que implique un gasto de energía.
Algunos ejemplos de tareas o actividades son:
Las prendas de vestir que se utilicen, al momento de realizar las actividades laborales, deben permitir el intercambio de calor, por lo que se recomienda que sean de colores claros y de un material que favorezca la reflexión de la luz y la sudoración.
Al exponerse al sol entre las 10 y las 15 horas o si el tiempo de exposición es largo, aun cuando las condiciones ambientales no sean adversas, el trabajador es más propenso a acumular calor en su organismo, lo que puede afectar su salud.
Los factores personales, que influyen en los efectos a la salud ocasionados por la exposición a estrés térmico por calor, son:
La falta de aclimatación es uno de los factores más importantes, ya que el trabajador puede sufrir daños severos a la salud, debido a que el cuerpo hace un esfuerzo adicional al no adaptarse a realizar una determinada actividad física, en condiciones ambientales calurosas.
Las altas temperaturas pueden incrementar la peligrosidad de las sustancias químicas que se manipulan, también pueden provocar cambios fisiológicos, que contribuyen a absorber dichas sustancias por medio de la piel y la respiración.